Palimpsesto

Se cumplen 14 días de bloqueos a las vías del ferrocarril por parte de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, CNTE. Las afectaciones son cuantiosas, pues hay ya más de 252 trenes que han dejado de circular en ese período; carga obstruida por alrededor de 2.1 millones de toneladas. Una situación grave puede ser el pago de “estadías” a barcos cargueros que no pueden descargar o transportar mercancías. Hay combustóleo que no ha sido entregado a las planas generadoras de energía y miles de productos y componentes varados que obligan a las empresas a reducir su ritmo de operación. Tampoco se movilizan productos terminados de sus industrias. Inútil hacer la nómina completa de afectaciones, pues se desconoce todas las repercusiones en la planta productiva del país. El Gobernador Silvano Aureoles recién desempacado de su viaje por Europa, ha sido reiterativo en que las vías son federales y por tanto insta a funcionarios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a que desbloqueen esas arterias. Si bien es cierto que las vías son federales, el problema de raíz es del Gobierno del Estado de Michoacán que desde 2014, a decir de los líderes de la CNTE, tiene adeudos con los trabajadores de la educación. Hasta aquí se ve la falta de pericia u oficio de los encargados de la política y finanzas del estado, pues es bien sabido, que al detonar un conflicto es más cara su resolución y dejaron crecer el problema hasta alcanzar a la federación y a buena parte de la economía nacional, e incluso extranjera. Y, la forma de resolver el conflicto será adelantando participaciones federales al estado, lo que implica que esos recursos que pudieran haber sido destinados a otras ramas o sectores de la economía, ya están desde ahora comprometidos. Este perverso mecanismo deja atados a los gobiernos que proseguirán al presente, que al hacer corte de caja registrarán que muchas de las participaciones de la Federación al estado están comprometidas y, malas noticias, seguirán endeudándose y comprometiendo el futuro de los michoacanos y robando el futuro de las próximas generaciones. Urge saber a dónde han ido a parar todas las participaciones y aportaciones federales recibidas por las últimas administraciones estatales.