El pez por la cabeza muere, no por la cola

Por Giovanni Correa Morales

El ejemplo será siempre el remedio. Muchas veces nos encontramos con jefes o seudo líderes que son similares a las monedas de chocolate; sólo brillantes por fuera pero sin valor por dentro.

En estos personajes existe únicamente el ego de sus propios intereses, concentrados únicamente en las finanzas, los papeles (ambos válidos y de importancia), dejando al final que para mí es lo más importante, lo que le da vida a cualquier lugar/espacio, el motor que le da marcha, esa energía la cual lleva el nombre de capital humano.

El capital humano son todos esas personas que están dispuestas a trabajar y sacrificar por sus sueños y el sueño de otra persona y tal vez ese alguien no le interesa en lo más mínimo la integridad de los colaboradores, de llevar a acabo el principio del ganar-ganar.

Esos jefes que ven a las personas con un letrero que dice “Soy desechable USAME hasta que no pueda servirte”, ya que para ellos es fácil conseguir a alguien más “nadie es indispensable en esta vida”, ¿Te suena?, consiguiendo un reemplazos humanos como si de una máquina se tratara sin darse cuenta que no somos reemplazables, por eso hay tanta rotación de personal, todo por no tener una cultura que tenga empatía.

Hay otros que además de falsos guías, jefes o líderes tratan de la peor forma, faltos de empatía. Les gusta dar órdenes con poco o nulo tacto, recordemos que en el pedir está el dar; siendo amables, con la ayuda de palabras mágicas como “por favor” y dar las gracias.

Una de las peores cosas que puede hacer este tipo de personas es llamarte la atención de una manera poco profesional en tono grosero/a frente a familiares, amistades, compañeros o personas ajenas al espacio donde los haces quedar mal y sientan vergüenza, es humillante una acción de este tipo.

Saber que hay testimonios en donde los colaboradores hicieron una suma de sacrificios al entregarse para servir en cuerpo y alma, y que al final llega la vejez, una enfermedad fuerte o accidente el cual no te permite continuar para ellos serás obsoleto, en este caso ambas partes son responsables.

Es una gran pena que suceda esto hoy en día, donde pocos lugares te ofrecen un “excelente ambiente laboral” . Pocos son los lugares que tienen una cultura solida de valores y principios los cuales incluyan a todos y a todas.

Un/una gran líder debe dar siempre el ejemplo; así como los leones o la leonas alfa cuidan de su manada, trabajan en equipo para cazar y poderse alimentar todos. El buen líder es el que trabaja más que los demás, llega antes y se va después, es el que vela por los intereses de él y los demás, va al frente, los cuida como a su familia, trata como le gustaría que lo tratarán y sobre todo tiene una gran humildad.

Sin amor no hay servicio