Sin amor no hay servicio

Por Giovanni Correa Morales

Cuántas veces nos hemos visto en la penosa situación de toparnos con gente mal humorada, malencarada, hostil y grosera; que hasta parece ser algo personal como si nos conocieran y quisieran hacernos pasar un mal momento. Esas veces que nos vemos en la necesidad, de pasar por un mal rato con gente que no quiere dar un servicio por el cual está recibiendo una remuneración (gratificación), y pareciera no importarle si por esa actitud llega a perder su trabajo.

Lamentablemente son muy pocas las personas que se atreven a darles a conocer su “mal trato” o llamar a algún encargado y/o pedir que cambien de persona para que pueda seguir la atención. Ese hacerle ver que, está sirviendo de una forma inadecuada, es claro que en ningún momento debe ser en tono grosero, sino en uno amable para hacerle ver su error, para que pueda mejorar su servicio; necesitamos empatía y dar otra oportunidad porque tal vez esté pasando la persona por un mal momento (que culpa no tenemos) difícil y no lo reconoce hasta que se le haga ver lo que está sucediendo.

Esta “pésima” actitud, la podemos ver en todas partes desde el núcleo de nuestra familia: en lo publicó y privado como en la escuela con maestros, directivos, en los negocios que visitamos a menudo para darnos un descanso; ya sea yendo a comer, al café, ir al cine, en el súper, etc. También, encontramos esa deficiencia en el sector público del Estado, en donde personal de diferentes instituciones no tienen el tacto para poder ofrecer el servicio a la población y solemos llevarnos una amarga experiencia por esa falta de ATENCIÓN.

No todas las personas dentro de los lugares ya mencionados, tienen esta actitud; pero con esos pocos, le restan puntos a cualquier lugar y un poco peor, ya que al mexicano le gusta generalizar (ahora sí que “por unos cuantos perdemos todos”).

El poder del servicio: cuando se sirve se ama.

Este gran valor tengo claro que se aprende desde casa. Las personas que somos serviciales, desde pequeños se nos acostumbró y enseñó a ayudar en las actividades, nadie se quedaba sin alguna tarea; sabemos lo difícil y pesado para una persona todo lo relacionado con el hogar, siempre es mejor cuando todos cooperan y ponen de su parte, es también forjar empatía y obediencia (en el buen sentido de la palabra) siempre que haya amor, valor y respeto detrás de estás enseñanzas.

Así que, la próxima vez que nos toque participar, ofrecer información o algún servicio, ayudar a una persona que esté en alguna dificultad…hagámoslo con amor, así como nos gustaría que algún día lo hicieran por nosotros, “trata como te gustaría que te tratarán”, verás como cambia tu día y esto en cualquier momento será correspondido, tiempos de siembra y cosecha.

La importancia de servir con el corazón