Vía Crucis octava estación

VIII.  OCTAVA ESTACIÓN:

“El que coma de este pan, que es mi carne, vivirá para siempre”

 

Por: Pbro. Gregorio López Geronimo “Padre Goyo”.

 

Te adoramos, oh Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.

FAMILIA CORTES TORRES: Era mediodía del miércoles 28 de agosto de 2013, cuando catorce miembros de la familia, festejan el 70 aniversario de la abuelita, la Señora Margarita Torres, viuda de Cortés. Cuando inesperadamente irrumpieron en el lugar tres patrullas de la policía municipal de Apatzingán, para fortuna de doña Mago, ella estaba en el baño, pero pudo escuchar el llanto de los niños y los gritos de los adultos y cuando logro salir a ver que sucedía, solo diviso el comando que se retiraba con todos los suyos.

 

Nunca nadie le supo dar razón del paradero de su familia, hasta que paso un año, para que aquella cristiana pudiera abrir sus labios para pedir auxilio y le ayudaran a indagar la suerte de sus deudos. Nunca se animó a denunciar el hecho, porque estaba segura de que la autoridad estaba detrás de este crimen y por tanto también pondría en riesgo su vida. Fue en el primer aniversario de su desaparición, cuando pudo salir del letargo y escribir los trece nombres de los suyos para orar por ellos. En la hora de la misa dominical de las 6 pm., sobre el altar de la capilla de Cristo Rey, frente al cuartel militar, fue donde dejó esta lista de peticiones y uniendo su propio dolor, al sacrificio redentor de Cristo: “Les aseguro que quien coma de este pan, que es mi carne, vivirá para siempre”.

 

El matrimonio de Víctor Cortés Silva, de 43 años de edad y su esposa Alicia Torres Marín de 38, con sus hijos Evaristo de 23, Víctor Manuel de 20, Luis Enrique de 18, Fernando de 13 y María de Jesús Cortés Torres de 7 años. Asimismo, María Victoria Loya, de 19 años, esposa de Víctor Manuel y su hijo Cruz Emmanuel Cortés Loya, de sólo 3 meses y otro pequeño, Jorge Luis Carranza Jaimes, de año y medio, junto con Diana Jaimes Rivera, de 19 años, Felipe Cázares González, 73 años y Abelino Carranza Magaña, 38 años.

 

A partir de ese momento y con esos datos escalofriantes, comenzó una búsqueda exhaustiva y una semana después, en la comunidad del Alcalde, se encontraban trece cadáveres, entre ellos, cuatro menores de edad, que fueron extraídos de una fosa clandestina. Las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE) indican que los restos humanos corresponden a siete hombres y seis mujeres, que fueron asesinadas en diferentes momentos. Este hallazgo fue posible gracias a la captura de una persona implicada en el levantamiento y el posterior asesinato de las víctimas.