El ciudadano libio Nuri Funas se describe como “un viajero del mundo” que a su paso por Morelia termina una parte importante de sus viajes que realiza desde hace 23 años.
“Cada cosa que hace uno tiene límites al final. Es tiempo para mí de empezar una familia, escribir mis libros sobre todos estos viajes. Ya he escrito un libro antes, pero quiero escribir todo lo que tengo y documentarlo. Es mi plan”, explica Nuri Funas en árabe.
Esta aventura de andar por las calles de diferentes ciudades, carreteras y ríos lo llevó a conocer paisajes con el ánimo de siempre de llevar un mensaje de paz para el mundo.
Cuenta en entrevista que comenzó a viajar a los 19 años y desde entonces utilizó la misma mochila que ha llevado por al menos 150 países en continentes como África, Europa y ahora en América.
Las 4 cosas que necesita
A lo largo de su vida de aventura, comenta que son cuatro cosas las que necesita para vivir en el camino.
“Yo necesito sólo cuatro cosas para sobrevivir: agua, no puedo cargar más de 2 litros conmigo; dormir y descansar; transporte, uso mis pies para caminar; y comida necesito también. En México es muy rica la comida. Hay piñas, mangos, todas las frutas las puedo comer en el camino. No puedo cargar más de 20 kilogramos”, explica.
“Con esas pocas posibilidades, yo llegué hasta México con esto”, apunta el caminante.
Recibe apoyo
En su travesía lleva un mensaje de paz por el Mundo con apoyo de instancias oficiales de su país natal.
“Es un mensaje de paz al mundo, sin diferencias de los colores de las personas o religión. Todas las personas para mí son iguales, el respeto es mutuo en todo el mundo, para mí es la mejor manera de hacerlo es con la aventura. A todo el mundo le gustan este tipo de aventuras, de viajar, subir las montañas, cruzar ríos”, cuenta Nuri Funas, quien tiene en su página de Facebook diferentes imágenes en los países por los que ha cruzado.
“Tengo el apoyo generalmente de la Secretaría de Juventud y Cultura en Libia. Cuando voy viajando, las embajadas de Libia siempre me apoyan en ese aspecto”, explica.
Ciudadano del mundo
Explica que si bien le tocó nacer en Libia y allá tiene a su familia, se considera ciudadano del país por el que pasa.
“Tengo 23 años viajando. Yo crecí en la carretera, viajando. No escogí ser de Libia, soy libio porque así lo dicen mis documentos pero ahora estoy en México, soy mexicano. Así pienso. Yo vivo mi día y mi día está en México”, comenta Nuri Funas en entrevista en la capital michoacana.
“Llegué a Michoacán tras un largo viaje: Libia, Túnez, Italia y Eslovenia. República Checa, Alemania, Holanda, Bélgica, Francia, Suiza, España, Portugal, España, y Panamá”, recuerda.
Las diferencias, lo rico del mundo
Si algo ha aprendido de los diferentes países y personas que ha visto a lo largo de los 150 países que ha visitado es que ninguna persona es igual y eso es lo que hace rico nuestro mundo, considera Nuri Funas.
“Las diferencias son el punto de todo. De un lado a otro es distinto. Diferente. En todo lo que he visto todos son diferentes. Nadie es igual. Eso es lo bonito de la vida. Es lo rico que yo veo y de lo que aprendo. La vida tiene más sabor”, afirma.
El “ciudadano del mundo” afirma que regresará por lo pronto a Libia y después regresará a México, país que ha sido una sorpresa, ya que en el mundo se ha cado a conocer por los altos índices de violencia.
“México fue una sorpresa, una sorpresa muy grande para mí. Eso en parte fue por influencia de los medios en general. Antes pensaba que México era un lugar de crimen, un lugar del que no se habla muy bien, se dice que es un lugar feo y, la verdad, estoy muy sorprendido de México”, indica Nuri Funas.
“La gente, sobre todo en el sur, me recibieron muy bien. La verdad. Me recibieron en sus casas como uno de ellos. Como parte de la familia”, añade.
Otra cosa que le sorprendió es que en zonas rurales mexicanas en general hay una buena infraestructura.
“La infraestructura de México, luz, agua, carreteras, es una maravilla. No he visto esto en general así tan completo. En la seguridad, nadie me tocó y para todo me ayudan. Para mí, es un país excepcional”, indica el ciudadano libio en entrevista.
Dice que todo lo carga en su mochila, sólo tiene que solicitar permiso para pasar la noche y ahí instala su casa de campaña y se prepara en la mañana para seguir con su camino.
“Es mi casa y todo está aquí conmigo. Con esto puedo acampar en cualquier lugar. Pido permiso y me dicen bienvenido. Hasta me reciben en sus casas”, expresa.
Considera que en su vida, es muy importante la aventura y llevar su mensaje de paz a la humanidad. “Caminando por África y cruzando todas estas partes para llegar a la zona de los mayas es algo muy interesante. Tiene muchas dificultades, y la aventura es muy difícil, como voy caminando y cruzando todas estas zonas, tiene un sentido diferente. He ido desde las pirámides de Egipto a las pirámides de México”, expone.
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