El crimen organizado controla todo el robo de combustible desde el interior de la empresa productiva del Estado mexicano Petróleos Mexicanos (Pemex) e involucra a personal petrolero autoridades y pobladores de las localidad por las que pasan los ductos.
“De repente el modus operandi cambió y del robo hormiga se pasó a apoderarse de una paraestatal (hoy empresa productiva del Estado). Esta misma situación aplica el crimen organizado al controlar instancias gubernamentales, políticos, funcionarios públicos, empresarios o negocios. Cómo lo vivimos en algún tiempo en muchos lugares de la República Mexicana”, afirma José Alzati Cambrón en un artículo para Alternauta.mx disponible completo en esta liga.
Alzati Cambrón es el delegado regional de la Policía Federal Ministerial en la Ciudad de México y explica el problema del robo de hidrocarburos en el país, que a últimas fechas ha dado de qué hablar tras la aplicación de la estrategia federal para el combate al problema.
“Después, ya no se escondieron, sino que lo hicieron de forma abierta y descarada. Los habitantes de comunidades cercanas a los ductos fueron amenazados u obligados a participar en el huachicoleo, y los que se negaron pagaron con sus vidas, el secuestro de ingenieros obligados a trabajar en la extracción del combustible”, explica el abogado.
Dice que en sus 20 años de experiencia como abogado y policía, has visto como el personal de Pemex participa en el robo de hidrocarburos: “Un sinnúmero de trabajadores de Pemex, la mayoría en complicidad, transportan el producto que al llevar a la refinería alteran la cantidad, sin la necesidad de ‘picar’ un ducto”.
“El sistema de monitoreo fue vulnerado o corrompido, tal vez a la fuerza o presión del crimen organizado, pero nadie se atrevió a denunciar. Las cámaras de video vigilancia en muchos lugares y en tiempo real pueden mostrar una extracción ilegal, pero no se actúa”, señala el policía.
El experto destaca que para poder “ordeñar” un poliducto se requiere de mano de obra especializada.
“Para extraer u ordeñar un ducto se necesita de una persona capacitada. No cualquiera lo puede hacer. Esto no es trabajo para un fontanero o un herrero o de simplemente introducir un tubo al ducto. Se requiere de un ingeniero especializado en excavaciones, perforaciones o pozos profundos”, explica.
“La persona que perfora un ducto debe conocer la topografía de la zona y saber el lugar exacto para hacerlo. En este sentido, tendrá que perforar el metal con herramientas, aditamentos y vestimenta especial y tener la experiencia necesaria para saber cuándo bajar la intensidad del combustible”, expresa.
Esta actividad clandestina y al amparo de la ley ocasiona desgracias como la ocurrida recientemente en el poblado hidalguense de Tlahuelilpan, donde 91 personas perdieron la vida y 52 resultaron heridas gravemente tras la detonación en un ducto que fue perforado.
“La irresponsabilidad, pobreza, negligencia, inconsciencia y allegarse productos a través de maneras fáciles traen consigo este tipo de acontecimientos terribles”, reflexiona.
“Para muchos resultará crudo lo que pienso, pero estas víctimas que celebraran llevándose la gasolina en recipientes. Sin embargo, para el gobierno federal siempre fueron prioridad las víctimas, así va a ser siempre”, explica Alzati Cambrón.