Desde muy temprano comenzaron a llegar cientos de personas al zócalo capitalino, así como a la Avenida Reforma de la Ciudad de México para celebrar con el presidente de la República, los cuatro años de la Cuarta Transformación en el poder de la República. El mandatario abrió su discurso con la clásica frase, “amor con amor se paga” y dejó claro que “No habrá reelección”, autodenominándose maderista.
El presidente de la República estuvo acompañado por los gobernadores de Morena y miembros de su gabinete. Desde la plaza de la Constitución, López Obrador destacó la amplia participación de jóvenes en esta movilización.
Humanismo Mexicano
Durante una exposición de su gobierno durante estos años de su administración, denominó a su modelo de gobierno como “Humanismo mexicano”. Descartó que el Gobierno participe en fraudes electorales, y dijo que la FGR y los poderes legislativo y judicial actúan con absoluta independencia, aseguró, porque hay libertad e independencia, independencia religiosa y un Estado laico.
“Se está demostrando que la mayor riqueza de México es la honestidad de su pueblo. Amigas y amigos la política es entre otras cosas, pensamiento y acción. Y aún cuando lo fundamental son los hechos no deja de importar cómo definir en el terreno teórico el modelo de gobierno que estamos aplicando. Mi propuesta es o sería llamarle Humanismo Mexicano, porque sí tenemos que buscar un distintivo. Humanismo Mexicano, no sólo por la frase atribuida al literato romano Publio Terencio, Nada Humano nos es Ajeno, sino porque nutriéndose de ideas universales, lo esencial de nuestro proyecto proviene de nuestra grandeza cultural milenaria y de nuestra excepcional y fecunda historia política”.
Principios económicos y sociales del humanismo mexicano:
No se acepta el derrotismo, a favor de “el pueblo que quiere ser libre lo será”.
En el terreno de la democracia, actuar como Francisco I. Madero, que llamó a tomar las armas contra el porfirato, porque “México estaba gobernado por una tiranía que se justificaba así misma con la paz y prosperidad material”.
El progreso sin justicia, es retroceso.
No basta el crecimiento económico, sino que es indispensable la justicia.
Se ha desechado la obsesión tecnocrática en función de indicadores de crecimiento que no necesariamente reflejan las necesidades. Lo fundamental no es cuantitativo, sino cualitativo.
Crear condiciones para que la gente pueda vivir feliz y libre de miserias y temores.
Desterrar la corrupción, para destinar lo ahorrado en beneficio del pueblo, de los más pobres y marginados.
Atender y escuchar a todas y todos, pero dando preferencia a los pobres y humillados. “Por el bien de todos, primero los pobres”, porque es sinónimo de humanismo.
Solo el pueblo, puede salvar al pueblo
Con el pueblo todo, sin el pueblo nada
¿Quién respalda la cuarta transformación? el pueblo. Por eso jamás vamos a traicionar al pueblo.
Nada se logra, sin amor al pueblo
Andrés Manuel López Obrador
Previamente aseguró que la batalla contra el racismo y clasismo la va ganando. Porque ahora se garantiza el derecho a disentir y México es santuario de las libertades. Y recordó que hace unos días “hicieron su cumbre los personajes de la ultraderecha”. Agregó que nunca más se quiere aplicar el artículo 33 de la constitución y llamarle extranjero perniciososo, porque este, dijo, es un gobierno con vocación democrática.
Hizo un recuento de los logros de su gobierno durante los primeros cuatro años, puntualizando 110 acciones realizadas estos cuatro años, destacando que en su administración no ha habido contratación de deuda pública, como solía ocurrir frente a las crisis financieras.
Descartó además el interés de su esposa Beatriz Muller para participar en un proceso electoral.