La tendencia de embarazos en adolescentes va a la baja en el estado, esto derivado de acciones como la promoción de la sexualidad responsable y los métodos de planificación familiar, informó la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM).
De acuerdo con datos de la dependencia, en 2022 se registraron 11 mil casos, y durante los primeros ocho meses de este año suman 5 mil 100, es por ello que la dependencia estatal contribuye con la campaña Con Condón Sí Jalo, para sensibilizar a los jóvenes sobre el uso de este método anticonceptivo que disminuye el riesgo de embarazos a temprana edad e infecciones de transmisión sexual (ITS)
En el cierre de esta estrategia del Gobierno estatal, el secretario de Salud, Elías Ibarra Torres, expuso que la SSM cuenta con su programa de Servicios Amigables que a través de la página cómolehago.org resuelve las dudas sobre sexualidad e informa sobre los centros de salud que atienden de manera gratuita con métodos de planificación familiar.
Cuenta también con un Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits), donde los jóvenes pueden solicitar orientación, pruebas de detección de enfermedades de transmisión, métodos anticonceptivos y tratamientos gratuitos.
Elías Ibarra señaló que la dependencia a su cargo trabajará junto con el Instituto de la Juventud Michoacana (Ijumich) para informar a los jóvenes sobre la importancia de utilizar los métodos anticonceptivos para prevenir embarazos e ITS, y ejercer una sexualidad responsable.
México 1er lugar en embarazos adolescentes
En el país, más de 1,000 niñas y adolescentes dan a luz cada día. La alta tasa de embarazo adolescente coloca a México en primer lugar en ocurrencia de embarazos en mujeres de 15 a 19 años dentro de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en 2019 registraron una tasa promedio de 13.7 nacimientos por cada 1 000 mujeres de 15 a 19 años (INEGI, 2021).
Estudios de la Comisión Nacional de Población revelan las consecuencias de los embarazos adolescentes, reconociendo la negatividad para quienes los viven.
El embarazo en adolescentes se considera un problema porque afecta de forma negativa distintos aspectos de la vida de quienes lo experimentan, porque es muy probable que abandonen la escuela y que no continúen con sus estudios, según su contexto socioeconómico, por consiguiente, sus oportunidades de tener un trabajo decente se reducen, esto hace que se vuelvan más propensas a permanecer en condiciones de pobreza y exclusión.
A esto se agrega la dimensión de salud, en la que las complicaciones del embarazo y el parto son la principal causa de muerte en niñas adolescentes (UNFPA, 2020).