¿Por qué la natación es uno de los deportes preferidos? Te contamos

Este deporte contribuye a la formación completa de la persona desde la perspectiva motor, cognitiva y afectiva.

A las personas nos gusta vernos y sentirnos bien, pero para lograrlo no sólo basta con que nos guste, porque hay que tomar acciones que nos permitan lograr nuestros objetivos, y si de vernos y sentirnos bien se trata, la natación es un deporte que pueden practicar desde los más pequeños del hogar hasta los adultos mayores, ya sea de forma individual o en grupo.

Y es que este deporte nos ayuda a tonificar músculos, hidratar la piel y estimula el metabolismo. Por ello, que esta disciplina se haya convertido en una de las actividades que más se practican actualmente no resulta sorprendente, pues su origen se remonta a la Prehistoria. Además, apareció como disciplina deportiva en los primeros Juegos Olímpicos de Atenas en 1896 y desde entonces ha ganado cada vez más adeptos.

México en la natación   

En México existe una relación de más de 100 años con este deporte, debido a la construcción de la primera alberca (Pane) en 1872. Entre sus múltiples usos, destacaba una escuela de natación; sin embargo, este recinto desapareció en 1912.

En 1924 nuestro país hace presencia en los Juegos Olímpicos de la Ciudad de Paris y fue hasta la justa veraniega de 1968 celebradas en tierra azteca, que se ganó la primera y única medalla de oro en la natación. El atleta fue un joven llamado Felipe “El Tibio” Muñoz, quien ganó  la presea a sus 17 años de edad en la prueba de 200 metros pecho. 

El momento indicado para comenzar a practicarla

Cecilia Hernández Cuarón, fisioterapeuta en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), indicó que la edad indicada para adentrarse en el mundo de la natación se encuentra entre los tres y cuatro años de edad, debido a que en esta etapa es cuando los niños son más capaces de entender las instrucciones que reciben. 

La Academia Americana de Pediatría, mediante sus lineamientos en la prevención de ahogamientos y seguridad acuática, recomienda clases de natación para los niños que se encuentren entre el primer y el cuarto año de vida, esto con el fin de desarrollar habilidades y disminuir la cantidad de personas ahogadas.

Por otra parte, un estudio efectuado por especialistas noruegos determinó que el beneficio de desenvolverse en una alberca desde los dos o tres meses de vida se ve reflejado en años posteriores, al incrementar tanto el equilibrio como aptitudes físicas.

Adaptación al agua y desarrollo de sistemas corporales

Hernández Cuarón señaló que la natación auxilia en la obtención de una mejor coordinación en los pequeños. Asimismo, esta actividad funciona para integrarlas en la actividad deportiva y desarrollar en ellas habilidades competitivas debido a la temprana adaptación del cuerpo al agua.

Al desenvolverse dentro de un medio acuático, la natación puede recordarle al infante su estancia en el vientre de la mamá, por lo que la sensación del contacto del agua en su piel puede hacerlo sentir seguro debido a los libres movimientos que puede realizar dentro de la alberca.

La especialista enumeró a los siguientes sistemas del cuerpo como los principales que obtienen beneficios por la práctica de la natación: 

Sistema neuromuscular: se encarga del desarrollo de la fuerza, de la coordinación, los movimientos, la técnica y la habilidad. Al desenvolverse dentro del agua, se obtiene destreza de músculos

Sistema propioceptivo: es el encargado de saber cuál es la posición y el movimiento del cuerpo en el espacio. Al tener como referencia la sensibilidad, este sistema encuentra una interacción única en el agua. 

Sistema respiratorio: al trabajarse diversas formas de respirar en la práctica de la natación, puede lograrse que el niño tenga adaptaciones fisiológicas en este sistema. 

Hombre nadando

Prevención, indispensable para una práctica beneficiosa 

Que este deporte se desarrolle en albercas implica ciertos riesgos, tales como enfermedades respiratorias, reacciones adversas a los químicos utilizados en el agua, ingesta de líquidos, entre otros. Por esta razón, Hernández Cuarón recomendó, en el caso específico de las edades más cortas, checar que la temperatura del agua sea la indicada, tener la certeza que la piel del infante no presente complicaciones al entrar a la alberca y cuidar que las clases sean lo más apegadas al “juego” con el fin de no presionarlos y se sientan seguros. 

La especialista indicó que en los adolescentes la asistencia constante a entrenamientos es fundamental; con esto se adaptará de mejor manera a los manejos de la respiración, sea por la nariz o por la boca. Por otra parte, para las personas adultas aconsejó abrigarse correctamente al salir de la alberca para evitar que los cambios de temperatura provoquen una enfermedad; ya que las defensas del cuerpo disminuyen con el transcurso de los años. 

“Para todas las edades es fundamental el tener una buena alimentación que apoye en la obtención vitaminas y protecciones que el cuerpo necesita para evitar enfermedades”, concluyó la especialista de la CONADE.