Habemus Guardia Nacional. Las distintas fracciones parlamentarias consensuaron la configuración de la Guardia Nacional. No es cosa menor que hayan sido tomadas en cuenta opiniones de expertos, académicos, organizaciones de la sociedad civil, así como de tratados internacionales en la materia a fin de hacer cambios profundos a la iniciativa original enviada por el Ejecutivo y dejar el mando de la Guardia Nacional en manos civiles y no militares; el retiro gradual de las fuerzas militares en tareas de seguridad en las calles, por lo que en un lapso máximo de cinco años deberán regresar a sus cuarteles. Muchas enmiendas se consideraron y se puso por encima de todo el interés nacional. Enhorabuena. No obstante, deberemos de mantener el objetivo de atender imperativamente las causas que originan la criminalidad en todas sus formas.
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