Por: Ar Mendoza
En pleno siglo XXI, donde en teoría los medios de comunicación se han “democratizado” gracias a las redes sociales, nos encontramos en la total desinformación y manipulación por parte de los “mass media”, los cuales han jugado un rol más propagandístico que informativo en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Citando a José Revueltas en su magna obra: Los Muros de Agua, pareciera que “el mundo está ciego, ausente de ojos mientras la lluvia golpea”. No puede haber frase más exacta para describir por lo que atraviesa el mundo. Posteamos “somos Ucrania”, pero nunca emitimos mensaje, sentimiento o posicionamiento respecto a los conflictos que Estados Unidos de América han ocasionado, las muertes en nombre de Dios, la invasión territorial de Israel hacía Palestina, o sin ir más lejos las masacres en Michoacán por parte del crimen organizado.
Lo anterior responde a que la historia la cuentan los ricos, los poderosos y el mundo capitalista que domina la información y el orden mundial. Aquellos a los que solo les importan algunos muertos, aquellos con los que pueden hacer carroña política.
La información va dirigida e impacta directamente en la mente colectiva de la sociedad, las guerras no son con balas, fusiles y bombas nucleares, las guerras del siglo XXI son a través de “influencers”, productos chatarra de la televisión, de la política y sicarios de la información que se disfrazan de periodistas con el objetivo de derrocar gobiernos.
La Fórmula 1 canceló el Gran Premio de Rusia 2022. Polonia puso entre las cuerdas a la FIFA al negarse a jugar la repesca del Mundial de Qatar 2022 contra Rusia. La UEFA canceló la sede de la final de la Champions League en San Petersburgo. Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea determinaron limitar el acceso a los principales bancos rusos al sistema de pagos internacionales denominado “Swift”, por lo que Rusia quedará desconectada del sistema financiero mundial.
Estas son sólo algunas de las medidas sociales, políticas y económicas que el “orden mundial”, ha impuesto a los rusos, sin embargo, la pregunta queda en el aire cuando nos cuestionamos por qué dichas organizaciones no impusieron sanciones a Israel cuando tomó a la fuerza territorio palestino, o porqué nunca vetaron a deportistas gringos cuando los Estados Unidos de América invadieron a cientos de países alrededor del mundo.
En México la situación no es diferente, puesto que la sociedad sigue encapsulada en las modas, en lo superficial y en aquello que es utilizado para intentar encajar o quedar bien con el grueso de la población, pretendiendo verse tan “americanos”, tan ajenos a su cultura y a sus raíces. Pero lo anterior es síntoma de aquella memorable frase: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.
Dejemos de lado la apatía, dejemos de seguir modas, seamos menos Ucrania, menos Estados Unidos y más Aguililla, Tepalcatepec, Coalcomán, Palestina, Yemen y Siria.
La incomprendida Revocación de Mandato