por Viridiana López
Hace unos días me reencontré con Mónica, una comerciante de Morelia. A quien tuve la oportunidad de conocer en un bazar de mujeres emprendedoras. De nueva cuenta nos vimos en el bazar. Pero esta vez ella tenía una gran preocupación: me relató que, durante los últimos meses, su tiempo había estado dedicado al cuidado de un familiar cercano. A quien le detectaron párkinson, impidiéndole realizar sus actividades comerciales.
Si bien en la actualidad las mujeres mexicanas participan cada vez más en las actividades económicas con trabajos remunerados, aún persisten roles al interior de las familias. Los cuales están destinados a ellas por default. Es decir, persiste una desigualdad entre hombres y mujeres en nuestro país.
Un estudio de ONUMujeres revela que en México las mujeres contribuyen con 60 por ciento del total de horas dedicadas al trabajo remunerado y no remunerado. Esto frente al 40 por ciento de los hombres. Para muestra un botón: Mónica tiene un par de hermanos hombres, uno de ellos vive cerca de su hogar. Sin embargo no participa de los cuidados y tampoco contribuye económicamente a estos. Lo que pone en desventaja a Mónica.
Debate público
Como Mónica, miles de mujeres conllevan jornadas de trabajo más largas y con menos ingresos económicos. De ahí que en la actualidad se haya puesto en la agenda y debate público a La Sociedad del Cuidado. Buscando generar una agenda transformadora que ponga los cuidados en el centro de la sociedad.
En los discursos políticos y gubernamentales escuchamos abordar temas de seguridad, pandemia y reactivación económica, que no critico, está bien, son necesarios e importantes. Pero poco sabemos de este rubro que está siendo visibilizado.
En el debate internacional encontramos que se discute cómo desarrollar la Sociedad del Cuidado, que traiga consigo bienestar individual y colectivo. Esto plantea un desafío importante, porque las sociedades de México y Latinoamérica no están organizadas en este sentido, pese a que ya entró en el terreno de la política pública y la organización social. Solo recordemos que hace casi un año se aprobaron en el Congreso de la Unión reformas al Artículo 4º Constitucional. Así como la creación del Sistema Nacional de Cuidados.
Y es que, de acuerdo con ONUMujeres, “las mujeres dedican 59 horas a la semana al trabajo de cuidados y doméstico, tres veces más que los hombres, que dedican 22 horas promedio”. Lo que representa 42 mil 500 pesos anuales (de contribución a garantizar bienestar y desarrollo familiar sí se remunerara) a mujeres de zonas urbanas. Y 49 mil 700 a mujeres de zonas rurales.
Actividad interrumpida
Hoy Mónica no sólo está perdiendo estos 42 mil 500 pesos anuales. Sino también ingresos adicionales por su actividad como comerciante. La cual tuvo que interrumpir para poder cuidar a su familiar.
Ante este escenario que viven millones de mujeres, organismos internacionales como la CEPAL discutirán en las siguientes semanas una agenda regional de género, Hacia la sociedad del cuidado: los aportes de la Agenda Regional de Género en el marco del desarrollo sostenible. Pues se busca justicia económica para las mujeres, cerrando las brechas de desigualdad. Pero también se busca priorizar la sostenibilidad de la vida y el cuidado del planeta, temas de los que tendremos que estar muy pendientes. Porque seguramente incidirán en la vida directa de millones de familias en México y Latinoamérica.
El gran valor de la transparencia y rendición de cuentas