Omar Iniestra
Tenemos mucho por conocer, exigir y crecer como sociedad. El momento de las juventudes ha llegado, con nuestras voces mexicanas, prematuras como muchos nos dicen llamar. Amantes de la democracia hemos ganado elecciones como votantes múltiples veces.
Como ejemplo tomemos las elecciones presidenciales del año 2018. Mismas en las que participó el 65% de los jóvenes de 18 años, primeros votantes atentos y sumamente participativos. Esta actitud no persiste, encontramos un estremecedor dato que hace notar un grave y drástico cambio dentro del mismo sector poblacional. Entre las y los mexicanos de 19 a 34 años la participación fue solamente del 55%. Entendiendo esto como un 10% menor a la norma entre los nuevos votantes. El descenso en porcentaje de participación se le atribuye por lo general a la pérdida de entusiasmo, pues la juventud en México no es representada con todo su peso, entendiendo ésta como el 34.5% de la población nacional. Como votantes jóvenes dominamos los hechos, tenemos la facultad de ser votados, pero no vernos reflejados en las boletas es una realidad.
Hoy las juventudes sabemos lo que valemos y no nos dejamos de nadie. Es claro, nos señalan como la generación de cristal, pero hemos demostrado suficiente resiliencia como para poder apuntar a nuestros logros y metas a pesar de las dificultades cuando se nos cuestiona. Ciertamente, nos llaman en tono socarrón la generación de cristal y justamente tomamos esa frase como bandera. Pues nada nos caracteriza más a nosotros los millennials que la transparencia.
La generación que creció en la era del acceso al internet
Al ser la generación que creció en la era del acceso al internet, las juventudes estamos acostumbradas a poner nuestra persona y nuestra vida al alcance del pueblo. Sabemos que no hay realidad que se esconda de las cámaras de los móviles, siempre habrá alguien grabando.
Curiosamente, más que nadie logramos poner en alto nuestra bandera a partir del trabajo, sea del color que sea. La pasión que representamos no se encuentra de la mano de ningún otro sector. Y es que la vibrante sonrisa y los sueños que posteriormente se convierten en los grandes logros mexicanos, nacen a partir de la juventud.
Este 2021 debemos seguir despiertos, estando presentes en las elecciones más grandes en la historia de México. Siendo partícipes y asumiendo cargos dignos con trabajo, compromiso y lealtad. Donde podamos generar desarrollo y bienestar a miles de familias mexicanas, soltamos las desilusiones y exigimos tomar nuestro lugar. Más de treinta millones de mexicanos y mexicanas capaces, generadores de soluciones necesarias para las problemáticas actuales, demostremos que los jóvenes estamos a la altura de grandes desafíos. Y es ahí cuando se tiene que dar todo por México.
Omar Iniestra es arquitecto de profesión, originario de Zitácuaro, Michoacán.
Mensaje del Padre Goyo con motivo del deceso del Dr. Manuel Mireles