Febrero, mes ideal para disfrutar avistamiento de la Monarca

Con los días soleados la mariposa sale de su letargo y ofrece el espectáculo de su vuelo entre los árboles.

En los bosques del Oriente michoacano, con la llegada de febrero y sus días soleados, la Mariposa Monarca sale de su letargo y brinda a los visitantes las mejores experiencias de su vuelo entre los árboles.

A través de un comunicado de prensa, la Secretaría de Turismo del Estado invitó al público en general a no perder la oportunidad de visitar los santuarios, que este año recibieron una de las migraciones más numerosas de los últimos tiempos, y que con febrero, comienza la última fase del periodo de hibernación, que concluye el 31 de marzo.

Roberto Molina Garduño, hotelero de la región, explicó que la temporada de hibernación de la Monarca es de noviembre a marzo, y que febrero ofrece mejores condiciones para programar una visita a alguno de los tres santuarios abiertos al público en el Oriente michoacano: El Rosario, Sierra Chincua y Senguio.

En estos días, debido al cambio de clima, el rayo del sol ayuda a que las mariposas salgan del letargo para bajar a los riachuelos o cuerpos de agua, donde se pueden observar por cientos. De igual forma revolotean cerca de los senderos que recorren los visitantes, y no permanecen perchadas en los arboles de oyamel como cuando comienza la temporada.

Adicional a la visita a los santuarios, también se pueden recorrer los Pueblos Mágicos de Angangueo y Tlalpujahua.

Tlalpujahua por sí solo es un importante destino turístico donde la artesanía navideña es protagonista todo el año, así como las frutas en conserva, el arte plumario o la artesanía elaborada con popotillo, sin faltar el recorrido por la mina Dos Estrellas, el templo del Carmen, Museo Hermanos Rayón, la Presa Brockman y comer un taco de barbacoa de res.

Otra alternativa es culminar el paseo en el Pueblo Mágico de Angangueo, que también cuenta con una importante tradición minera y donde hay que visitar la Casa Parker y el túnel Turístico San Simón, el Templo de la Inmaculada Concepción y la Parroquia de San Simón Celador.

La migración de la Monarca es uno de los tres fenómenos migratorios más emblemáticos de Michoacán, junto con las diversas especies de tortugas marinas y los pelícanos borregones.