El ‘Reloj del Fin del Mundo’ avanza: la humanidad a 89 segundos del apocalipsis

Un reloj que marca el pulso de la humanidad

El ‘Reloj del Fin del Mundo’, el indicador simbólico que mide la proximidad de la humanidad a su destrucción, ha sido ajustado nuevamente. Este 28 de enero, los expertos del Bulletin of the Atomic Scientists anunciaron que la aguja del reloj se ha movido, situándonos a tan solo 89 segundos de la “medianoche”. Es la segunda vez consecutiva que este indicador permanece en su punto más crítico desde su creación en 1947.

Daniel Holz, investigador de la Universidad de Chicago y miembro del comité que evalúa los riesgos globales, señaló que este ajuste refleja una serie de amenazas interconectadas que han colocado al mundo en una situación de peligro extremo. Entre los principales factores que han influido en esta decisión destacan la crisis climática, el desarrollo de la inteligencia artificial y los conflictos geopolíticos, especialmente las guerras en curso y el riesgo nuclear latente.

El reloj marca el pulso de la humanidad

El ‘Reloj del Fin del Mundo’ fue concebido por un grupo de científicos, entre ellos figuras emblemáticas como Albert Einstein y J. Robert Oppenheimer, con el objetivo de alertar sobre el peligro que enfrentamos como civilización. Año con año, un comité de expertos evalúa diversos factores que amenazan la estabilidad global, incluyendo el cambio climático, la proliferación de armas nucleares, las tensiones geopolíticas y el avance de nuevas tecnologías con potencial destructivo.

La edición de 2025 del reloj refleja la acumulación de crisis que afectan al planeta. La emergencia climática se ha agudizado con eventos extremos cada vez más frecuentes, desde incendios forestales devastadores hasta olas de calor sin precedentes y el acelerado derretimiento de los polos. A esto se suman los conflictos armados en distintas regiones del mundo, que elevan el riesgo de un enfrentamiento nuclear, y el auge de la inteligencia artificial, cuyo desarrollo descontrolado genera preocupaciones sobre su impacto en la seguridad global y la estabilidad económica.

Crisis climática y nuevas tecnologías: el dilema del futuro

El cambio climático es uno de los factores determinantes en la evaluación del ‘Reloj del Fin del Mundo’. En 2024, la temperatura global alcanzó niveles alarmantes, y las políticas para mitigar el impacto ambiental han resultado insuficientes. A pesar de los compromisos internacionales, las emisiones de gases de efecto invernadero continúan en aumento y la pérdida de biodiversidad avanza sin freno.

Por otro lado, la inteligencia artificial se ha convertido en un nuevo eje de preocupación. Si bien esta tecnología ofrece avances prometedores, su uso en conflictos bélicos, desinformación masiva y sistemas autónomos de decisión genera incertidumbre. La falta de regulaciones claras podría derivar en escenarios distópicos donde el control de estas herramientas escape a la supervisión humana.

El ajuste del ‘Reloj del Fin del Mundo’ no es solo una advertencia simbólica, sino un recordatorio de la necesidad urgente de acción global. Los científicos instan a los líderes mundiales a tomar medidas inmediatas para reducir las tensiones geopolíticas, frenar el cambio climático y establecer normativas claras sobre el desarrollo de la inteligencia artificial. La humanidad aún tiene la oportunidad de alejarse de la “medianoche”, pero el tiempo se agota.