por Viridiana López
La siguiente será la Semana Nacional de la Transparencia en México. La cual está organizada por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Este año la temática central son los grupos vulnerables.
En la actualidad, el ejercicio de Gobiernos Abiertos ha tomado una gran relevancia. Pues se ha convertido en parte de los discursos políticos en el mundo. Esto debido al impulso que en su momento el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le dio, orientado en tres pilares: participación, transparencia y colaboración. Que bien podríamos considerar en la actualidad como valores de las democracias de este siglo.
Es así que la Semana Nacional de la Transparencia en México no puede pasar desapercibida. Y menos cuando la transparencia se vincula con la rendición de cuentas y el combate a la corrupción, temas del discurso que, continuamente, escuchamos en el Gobierno Federal.
Qué tanto está sirviendo
La transparencia quizá se ha convertido en una herramienta para justificar cuánto, cuándo, cómo y dónde se gasta el recurso del erario público. Por ello habría que ver y analizar a detalle qué tanto está sirviendo para incentivar la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones en todas las áreas del gobierno. Así como cuánto, cuándo y cómo colabora la población en este sentido, claro todo en aras de trazar una ruta que beneficie a la ciudadanía. A través de la gestión de políticas públicas. Y que no se quede en solo discursos electorales o políticos.
Ello entendiendo que los Gobiernos Abiertos son un modelo político y social que abre/transparenta los datos gubernamentales. Para que la sociedad colabore y participe en el accionar gubernamental, sin manipuleos o información sesgada. Sino con lo que implica una verdadera rendición de cuentas.
La Semana Nacional de la Transparencia no puede quedar solo en una actividad académica o de organismos descentralizados especializados en la materia. Debe abrirse el debate, invitar a la colaboración y participación de especialistas y no especialistas. Pues se trata de la inclusión de todas y todos para ser parte de la construcción del nuevo ejercicio democrático, que tiene como base las ideas y no las armas para revolucionar a México.