El ciberespacio no es un territorio neutral, ni un vacío ideológico

Por Heriberto Mejía

Es fascinante, aunque lleno de ironía, cómo los llamados “ideólogos” de derecha (una tendencia que predomina en gran parte de internet) proclaman que esta herramienta es un bastión de la “libertad”. Según ellos, internet libera a los jóvenes de las supuestas “ideas tiránicas” de la izquierda, dotándolos de un criterio más amplio y autónomo para decidir. Sin embargo, esta narrativa omite un detalle crucial: el ciberespacio no es un territorio neutral ni un vacío ideológico. Por el contrario, es un espacio privatizado, controlado por corporaciones y algoritmos que responden a intereses económicos y políticos específicos.

Detrás de la aparente “libertad” que ofrece internet, se esconde una estructura que fomenta y prioriza ciertas ideologías sobre otras, siempre en función de lo que genera ganancias. Las plataformas digitales no son imparciales; están diseñadas para influir en las masas, moldear opiniones y, en última instancia, beneficiar a quienes las controlan. ¿Realmente estamos ante una herramienta de “liberación”, o simplemente hemos cambiado un tipo de influencia por otra más sofisticada y menos visible?

Lo que me hace preguntar ¿Hasta qué punto nuestras decisiones en línea son realmente autónomas? ¿O estamos siendo guiados, sin darnos cuenta, por intereses que no nos pertenecen? La verdadera libertad no consiste en elegir entre “opciones predeterminadas”, sino en entender quién define esas opciones y con qué propósito.

Quizás, antes de celebrar la “desintoxicación” de ciertas ideas, deberíamos preguntarnos si no estamos siendo “intoxicados” por otras…

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