El Cerro del Águila bajo protección ambiental

Tiene una alta capacidad de infiltración hídrica del suelo, especialmente en la cima y las laderas que la rodean; por lo tanto, es sumamente relevante para la provisión de servicios hidrológicos.

No habrá negociaciones con productores de aguacate que se oponen a decretar como zona natural protegida al Cerro del Águila, “ con ellos no vamos a negociar absolutamente nada”, así lo advirtió el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla en su tradicional conferencia de prensa.

Previamente, el mandatario señaló que los inconformes son grupos de choque y personas que tienen huertas de aguacate ilegales en la zona, de tal suerte que el gobierno michoacano, “no tiene nada que negociar”, dijo el mandatario, quien recordó además que previo a decretar el cerro como zona natural protegida, se realizaron consultas.

El mandatario precisó que el cambio de uso de suelo en Michoacán es un tema grave, de ahí la necesidad de rescatar estos espacios.

¿Por qué proteger el Cerro del Águila?

De acuerdo al Estudio Técnico Justificativo para esta declaratoria, el Cerro del Águila tiene una alta capacidad para prevenir la erosión; mediante datos morfológicos y prácticas de suelo, clima y vegetación, se ha demostrado que existe una retención de la superficie de cuatro toneladas por hectárea por año, y algunas áreas llegan de seis a 56 toneladas.

Tiene una alta capacidad de infiltración hídrica del suelo, especialmente en la cima y las laderas que la rodean; por lo tanto, es sumamente relevante para la provisión de servicios hidrológicos, lo que se ve reflejado en el manantial de La Mintzita, el cual abastece aproximadamente al 32 por ciento de la población de Morelia.

El Cerro del Águila ofrece además servicios como almacenamiento de carbono mediante diferentes reservorios (biomasa aérea y subterránea, carbono orgánico en el suelo y carbono en materia muerta).

Esta reserva ecológica es de gran importancia para la investigación científica, donde se podrán realizar actividades relacionadas con la educación e interpretación ambiental, ecoturismo y actividades deportivas de bajo impacto, como la caminata y el excursionismo, siempre que no impliquen modificaciones a las características o condiciones del ecosistema.