En México y el resto del mundo hay avances en el número de derechos de las mujeres; aun así, falta implementar, de manera más clara, la política pública para que sean ejercidos de forma plena. Además, se necesitan normativas, recursos y procesos para llevarlos a cabo, pues no basta con tenerlos, sino vivirlos todos los días, consideran expertas de la UNAM.
En ocasión del Día Internacional de la Mujer -que este año lleva por tema “Para las mujeres y niñas en TODA su diversidad: Derechos, igualdad y empoderamiento”, a conmemorarse el 8 de marzo-, la directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), Amneris Chaparro Martínez, recuerda en entrevista que en 1953 se reconoció el derecho de las mexicanas a votar y ser votadas.
Claro que hay progresos: los derechos reproductivos, la interrupción legal del embarazo, realidades que hace poco tiempo habrían sido impensables, son conquistas y hay que cuidarlos, y no pensar que simplemente están, sino protegerlos, porque hay grupos que aún hoy siguen siendo adversos a los adelantos de las mujeres y de las minorías sexodiversas.
De acuerdo con la experta, es favorable implementar más políticas públicas a nivel institucional, federal, estatal y local para que quienes quieran suspender voluntariamente un embarazo lo hagan sin ninguna restricción, con base en la ley. Asimismo, requerimos sociedades donde la brecha salarial no sea dramática, porque las mujeres siguen ganando, en promedio, 30 por ciento menos que los hombres por el mismo trabajo.

Otro aspecto por subsanar, afirma, es romper estereotipos de género donde se piensa que las capacidades femeninas son específicas de la biología, cuando no es así. “Todavía falta librarnos de algunos atavismos e ideas conservadoras”.
A pesar del adelanto en términos de legislación, a nivel constitucional y de leyes federales, de nuevos tipos penales (por ejemplo, el feminicidio, la violencia vicaria, o la violencia digital), resultan indispensables mayores logros en la implementación de políticas educativas en todos los niveles para formar en igualdad a las infancias diversas.
No hay un espacio en la vida social que no esté influenciado por las dinámicas de género y, por ello, en todos es pertinente una política de igualdad: en los sectores de salud, económico, educativo, etcétera. Se trata de que todas las personas, independientemente de su identificación sexogenérica o deseos, vivan en libertad, añade.

La subdirectora de Transversalización de Políticas Universitarias de la Coordinación para la Igualdad de Género en la UNAM (CIGU), Paulina Uribe Morfín, manifiesta que a pesar de que las garantías a la igualdad y a una vida libre de violencia están establecidas en la legislación, “no necesariamente se cumplen”.
Detalla que enfrentan discriminación y desigualdad, así como prejuicios y desconocimiento; es esencial un “cambio cultural enorme para que realmente todas vivan en un ambiente libre de violencia”, en especial porque en México están normalizadas y permitidas numerosas formas de agresión.
Es importante que se asignen recursos para que esas prerrogativas se cumplan; que haya centros de atención para quienes sufren violencia, además de proyectos y procesos educativos para que ese fenómeno no suceda.