El Laboratorio de Odio y Concordia encontró algunos ejemplos de discurso de odio en la campaña política del Estado de México.
“La campaña electoral por la gubernatura en el Estado de México (Edomex) se ha convertido en un observatorio del clima político actual, donde las candidatas y sus seguidores se han mantenido del lado de una confrontación mesurada y centrada en los temas que preocupan a la sociedad”, informó el Seminario sobre violencia y paz del Colegio de México (Colmex).
En términos generales, indica el Seminario, el comportamiento de las redes sociales ha sido similar; hemos podido ver una polarización natural en el marco de una democracia, donde los seguidores de una y otra candidata han mostrado su postura, de manera moderada, frente a los temas que cada una de ellas ha considerado como prioritarios en su itinerario de campaña.
Sin embargo, toda vez que las redes sociales han sido señaladas como un espacio donde la polarización y el discurso de odio encuentran terreno fértil, en el Laboratorio de Odio y Concordia nos dimos a la tarea de hacer una búsqueda aleatorio en torno a las categorías y discursos de odio que hemos definido y que pueden consultarse aquí.
Qué es el discurso de odio
El discurso de odio, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, se define como “cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito o a través del comportamiento, que sea un ataque o utilice lenguaje peyorativo o discriminatorio en relación con una persona o un grupo sobre la base de quiénes son o, en otras palabras, en razón de su religión, origen étnico, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otro factor de identidad”.
En el mundo, la mayoría de los discursos de odio se encuentran dirigidos a grupos minoritarios o históricamente discriminados, por lo que en las definiciones se ha optado por incluir los factores de identidad inherentes a ellos. Su composición puede contener palabras, símbolos y otras formas de expresión lingüística y/o gráfica.
El Seminario explica que las imágenes presentadas en el boletín son descriptivas y de ninguna manera representan la postura del Seminario sobre Violencia y Paz ni a ninguno de sus integrantes quienes están expresamente en contra del discurso de odio.
De acuerdo con la organización Derechos Digitales América Latina, para considerar que un mensaje incita al odio debe implicar algún tipo de incitación a la violencia, sea virtual o materializada, así como promover la hostilidad, la discriminación o la deshumanización.