- En Michoacán existen tres ciudades calificadas como zonas metropolitanas con una población total de 1.4 millones de personas
Las ciudades son los espacios ideales para dar cohesión a las estructuras políticas, sociales y culturales en las que se fincan la convivencia, el orden y el bienestar de las personas, por tanto deben ser consideradas como un derecho, apuntó el diputado Erik Juárez Blanquet, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales de la LXXIV Legislatura del Congreso del Estado.
El diputado de extracción perredista apuntó que en 2018, la región con mayor proporción de población urbana fue América del Norte con 82%, América Latina y El Caribe con 81%, Europa con 74% y Oceanía con 68%. En Asia el nivel de urbanización de la población se acercó a 50%, mientras que África permanece como una región eminentemente rural, pues allí sólo 43% de la población vive en áreas urbanas.
Erik Juárez Blanquet refirió que las ciudades deben ser consideradas como los espacios vivos en los que el hombre se enfrenta a su diaria convivencia, es decir, son zonas fundamentales en donde los individuos y las sociedades desarrollan su potencialidad competitiva, el intercambio de bienes y servicios.
“Por eso en septiembre pasado propusimos una reforma a la Constitución Política del Estado, para que el de la ciudad se establezca como un derecho humano en Michoacán, por ser estas zonas el territorio de las libertades humanas por excelencia”.
Refirió que en 2018 el 55% de la población mundial vivía en las ciudades, y los pronósticos de los organismos internacionales es que esa proporción se sitúe en 68% para el año 2050 y que en ese horizonte unas 2.5 miles de millones de personas se agregarán a la población urbana mundial.
En el caso de Michoacán apuntó que existen tres ciudades calificadas como zonas metropolitanas con una población total de 1.4 millones de personas; diez ciudades denominadas conurbaciones con 825.5 mil habitantes; y 16 ciudades dentro del rango de centros urbanos con 454.01 mil habitantes.
“El derecho a la ciudad confiere a sus habitantes la legitimidad de acción y de organización para exigir y demandar el pleno ejercicio de los derechos a la libre autodeterminación y a un nivel de vida adecuado; y apuesta por la construcción y transformación de la ciudad como derecho y expresión del interés colectivo, por lo que propone la atención integral y articulada de las diferentes instancias públicas y de la participación activa de sus habitantes”.