Alianza del Gobierno de la CdMX con Airbnb y UNESCO trajo gentrificación, desplazamiento y discriminación

El miércoles 26 de octubre el gobierno de la Ciudad de México firmó un acuerdo con la empresa Airbnb para atraer a “nómadas digitales”. Con este convenio, cualquier habitante de la alcaldía Xochimilco, Iztacalco o Gustavo A. Madero podrá ser guía de turistas para visitantes a quienes enseñarán la experiencia de vivir en la capital mexicana.

De esta forma, la Ciudad de México se une a la lista de 20 ciudades de todo el mundo, junto con otros destinos como Dubái, Lisboa, Buenos Aires, Palm Springs, Queensland, para convertirse en un destino receptor de trabajadores remotos y nómadas digitales. Esta iniciativa forma parte de la campaña de Airbnb Live & Work Anywhere que fue lanzada el mes de mayo.

Claudia Sheinbaum, negó que el convenio pueda provocar un alza a las rentas y el precio de los servicios en algunas colonias, la experiencia internacional muestra lo contrario a esta promesa. 

Una usuaria a través de redes sociales denunció que todos los inquilinos de un edificio ubicado en la Condesa se fueron debido al excesivo costo de las rentas, quedando ella como única inquilina.

A través de Twitter, la usuaria @aledunnet reveló que su contrato termina en febrero y que paga 10 mil pesos de renta, sin embargo, sus demás vecinos se vieron obligados a desalojar sus departamentos debido a que el edificio pasó a ser propiedad de Airbnb y las rentas se dispararon pasando de los 10 mil pesos a más de 90 mil pesos.

La Abogada y Maestra en Derechos Humanos Carla Luisa Escoffié Duarte expresó su opinión sobre este tema a través de sus redes sociales:

“El problema no es que sean extranjeros, ni el problema empezó con ellos. Pero al venir del Norte Global vienen atraídos por el costo de la vida, y eso genera un impacto en las dinámicas urbanas de consumo e incluso de vivienda. Nadie está diciendo que “se les saque”. El problema es que el gobierno de la Ciudad de México estará promoviendo e impulsando el uso de Airbnb cuando no ha generado un diagnóstico para conocer el impacto que estas plataformas están teniendo en el acceso a la vivienda. Es decir, mientras en otros países se evalúa el impacto de Airbnb en el acceso a la vivienda y se adoptan medidas para mitigar sus efectos, en Ciudad de México se impulsa sin siquiera cuestionarse el tema.”

Las ciudades, como el reflejo de estos sistemas globales impuestos demandan una visión mucho más íntegra con acciones políticas que se extiendan mucho más allá de resolver los problemas inmediatos, para pensar qué acciones están construyendo hoy las ciudades del futuro.