Lo que para los michoacanos es un platillo que se puede conseguir fácilmente, en otros lados del mundo se considera un platillo exótico que requiere incluso la limpieza del paladar, así lo cuenta en un video el empresario Carlos Muñoz.
En Copenhague, la capital de Dinamarca, los aguacates son un manjar que se sirve en los restaurantes más exclusivos, así lo describe el empresario Carlos Muñoz, socio de la empresa 4S y quien tiene canales en redes sociales en donde habla del mundo del emprendedurismo.
“Ahí les va una historia muy cagada. Llego a Copenhague y le digo al concierge de mi hotel: ‘quiero ir al restaurant más chingón de Copenhague. Te vamos a hacer reservación, nomás que esto es carísimo porque tiene un menú de tiempos y ya sabes, el chef y la madre…. Llegué al restaurant y los güeyes que me reciben ‘te vas a volver loco con el último de los platillos. Eran 13 platillos”, describe Muñoz en uno de los videos en YouTube.
“Ya empezamos, platillo 1, platillo 2, y todos te decían ‘cuando llegue el platillo número 13 tu pinche vida cambia. Y dije yo: ‘ah, la madre’”, añade en su relato.
Carlos Muñoz es un empresario que goza del turismo de aventura y explora diferentes culturas para encontrar modelos de negocios para aplicarlo en sus empresas y en las consltorías que da en 18 países en donde opera sus empresas.
“Ahí vas comiendo, llegamos al platillo 12, y nos dicen: alto aquí, tienes que limpiarte el paladar para que llegue el platillo número 13. ¡Ah, la madre! Entonces te traen un helado para limpiar el paladar. Ya traía, imaginen el pinche cerebro, me había dicho este cabrón 13 pinches bocaditos para llegar ahora sí.
“Veo que se acercan, yo lo volteo a ver y digo: ¿Cómo? ¿Y el plato? Unas pinches rodajas de aguacate. Esto es historia real, rodajas de aguacate con tres puntitos de caviar arriba. Y nos dice el mesero; ‘Desde Michoacán, México, aguacate fresco”.
El asunto de la charla es mostrar a su público que lo que para nosotros puede ser algo normal, en otras latitudes se convierte en un manjar, como es el caso de la fruta michoacana.
“Estábamos a pleno invierno en Copenhague, nevando afuera. Consíguete un puto aguacate ahí. Consíguetelo, güey. Otra vez: ¿Qué es único?”, explica el empresario ante las risas de su auditorio.