18 de noviembre del 2024.- El reciente acuerdo firmado entre Corea del Norte y Rusia, que contempla defensa mutua y cooperación militar, está motivado por objetivos estratégicos compartidos frente a las potencias occidentales. Este tratado se enmarca en una narrativa de oposición a la “hegemonía estadounidense” y busca fortalecer la resistencia ante sanciones económicas, presiones diplomáticas y aislamiento político. Según analistas, la alianza también sirve para consolidar la posición de Kim Jong-un y Vladimir Putin frente a sus propios desafíos internos, mientras amplían su capacidad de maniobra en el escenario internacional.
Respuesta de la OTAN y Occidente
Hasta ahora, los países miembros de la OTAN han intensificado sus advertencias y reforzado sanciones contra ambos países. La comunidad internacional ve este pacto como un desafío directo al orden global liderado por Occidente. En particular, Estados Unidos ha expresado preocupación por las implicaciones de este acuerdo, calificándolo como un intento de desestabilizar aún más la región del Indo-Pacífico y Europa del Este.
Además, los aliados occidentales han señalado que cualquier apoyo activo de Corea del Norte a Rusia en Ucrania, como el suministro de armas o el envío de tropas, podría justificar nuevas medidas coercitivas. La OTAN, por su parte, ha incrementado la vigilancia en las áreas cercanas a sus fronteras orientales, subrayando que seguirá apoyando a Ucrania frente a la invasión rusa.
Escenario global
Este fortalecimiento de la relación entre Moscú y Pionyang añade otra capa de complejidad a un panorama internacional ya tenso. Con conflictos abiertos y alianzas estratégicas redefiniéndose, los analistas temen que estas acciones puedan escalar hacia un conflicto armado a mayor escala, avivando los temores de una nueva guerra global
Fuentes: ElDiario.es y El Destape