Desde hace mucho se dice que “a las palabras se las lleva el viento”. Lamentablemente, para destacarse en el entorno competitivo muchas personas están convencidas que es necesario mentir, olvidar acuerdos y contratos.
Sin embargo, ¿te has detenido a pensar cuánto vale lo que dices? Al no cumplir con tu Palabra; ¿Cuánta credibilidad pierdes?
De niño tuve la fortuna de convivir algunos años con mi abuelo materno, y con él aprendí el valor de comprometer mi Palabra. Comprendí que honrar la Palabra dada es parte de una forma de vida. Esto es, nuestra identidad y el valor de la Palabra van de la mano.
En tiempos pasados, al llegar a un acuerdo las personas simplemente se daban la mano, eso tenía más valor que un contrato. Quien prometía su Palabra también empeñaba su credibilidad y valores.
Al olvidarse de la Palabra se daña enormemente el prestigio de quien la empeñó. Recuerda, el valor de tu Palabra te define, al cumplir con la Palabra se honra también a quien se la prometió.
En el ámbito de los Negocios respetar la Palabra en asuntos internos y externos aumenta la congruencia y confianza del Dueño-Jefe-Líder, y por consecuencia la de todos sus colaboradores.
De esa forma aumentará la percepción de seriedad y profesionalismo del Negocio, rasgos que en estos tiempos no son muy comunes de encontrar. El Jefe tiene que enseñar a su Personal que hay que sobresalir en los negocios actuando de la forma correcta.
Honrar la Palabra dada es igual de importante el estar al frente de un micro, pequeño, mediano o gran negocio. No es un asunto de percepción del “tamaño” del Negocio sino de tener Palabra o no.
Cuando un Líder no cumple con su Palabra se aleja de su Personal, además, rápidamente es rechazado por sus Clientes, Proveedores… Ten precaución en decir una cosa pero hacer otra, recuerda que las palabras convencen pero el ejemplo es el que arrastra.
Cuando ofrecemos un servicio-producto y no cumplimos aumentamos el enojo y estrés de nuestro Personal, Clientes, Proveedores. Por lo cual, vamos elevando el estrés y enojo social. Cada que incumples con tu Palabra; ¿Cuánta credibilidad pierde tu Negocio?
Analicemos algunas situaciones del día a día; supongamos que un par de proveedores nos quedaron mal y nos sentimos estresados, y entonces en nuestro Negocio pasa lo siguiente:
- Llega un Cliente para reclamar una falla en nuestros servicios.
- Otro Cliente por teléfono nos recuerda que llevamos retraso en su pedido.
- Por diversas razones parte del Personal entra en abierta discusión.
- Algún colaborador en el trabajo nos dice algo con palabras o un tono de voz que nos desagrada.
- Se presentan fallas en el servicio de internet o telefonía retrasando las actividades.
- Ya en el camino a casa, estamos en un semáforo y al aparecer la luz verde no arrancamos de forma más que inmediata, y claro, espontáneamente surgen hacia nuestra persona todo tipo de combinaciones de sonidos de claxon.
En cada uno de los eventos anteriores se nos crea una pequeña reacción de enojo. Eventos similares cualquier otro día ni siquiera los hubiésemos tomamos en cuenta, sin embargo, al ir acumulando pequeños enojos, los cuales sumados con el estrés por haber sido engañados por los proveedores, entonces, se facilita que ¡Explotemos con la primera persona que se nos ponga enfrente!
Ante ese escenario, ¿Cómo podemos apoyar a disminuir ese estrés y enojo social? Como prestadores de servicios simplemente hay que respaldar la Palabra dada a nuestro Personal, Clientes, Proveedores…
No lo olvides, el valor de tu Palabra define la imagen de tu Negocio. Por lo tanto, antes de prometer algo analiza si lo puedes cumplir.
Lo ideal es que las personas opinen sobre ti de la siguiente forma; “Ella es una Mujer de Palabra.” “Él es un Hombre de Palabra.” “En ese Negocio siempre cumplen”.
Si tu estrategia para avanzar en los Negocios es ir deshonrando tu Palabra destruyendo a tu paso todo tipo de relaciones, recuerda, a “la palabra dada no se la lleva el viento”, algunas incluso ni un huracán.
Quedo a sus apreciables.
Miguel Ortiz.