Ciudad de México, 20 de septiembre de 2023.– El consumo en exceso de grasas trans aumenta los niveles de colesterol malo (LDL) y reduce los de colesterol bueno (HDL), e incrementa el riesgo de desarrollar cardiopatías y derrames cerebrales, señalan expertos mencionados en un comunicado del Laboratorio de Datos Contra la Obesidad (LabDO).
Un artículo publicado por la Escuela de Medicina de Harvard, consultado por el LabDO, señala que comer alimentos ricos en grasas trans genera, además, enfermedades cardiacas, diabetes y otras afecciones crónicas. Incluso, pequeñas cantidades de grasas trans pueden dañar la salud.
Las grasas trans artificiales son el resultado de un proceso industrial en el que se añade hidrógeno a aceites vegetales líquidos para que sean más sólidos. Son fáciles de usar, económicas de producir y duran mucho tiempo. Dan a los alimentos un sabor y una textura deseable y evita que se vuelvan rancios.
Los principales alimentos que contienen este tipo de ingredientes son todos los ultraprocesados y fritos, como papas, galletas, pasteles, helados, donas, pizzas congeladas, palomitas para microondas, botanas saladas, salsas y manteca vegetal, entre otros.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el abuso en la ingesta de productos ultraprocesados con este tipo de grasas está vinculado con la muerte de aproximadamente 540 mil personas al año, en el mundo.
“Su alto consumo aumenta el riesgo de muerte por cualquier causa en un 34%, muerte por enfermedad coronaria en un 28%, y enfermedad coronaria en un 21%”, sostiene.En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cinco mil millones de personas están expuestas a las grasas trans y a las enfermedades que esto conlleva. Por ello, alienta a la industria de los alimentos a eliminarlas de los productos, en consonancia con el compromiso asumido por la International Food and Beverage Alliance (IFBA).
Por su parte, la OPS ha impulsado, entre los Estados miembros, acciones para eliminar estos ácidos grasos. En nuestro país, por ejemplo, ya hubo una respuesta en la materia, pues el Congreso aprobó una reforma a la Ley General de Salud, que todo indica sea efectiva a partir de este mes de septiembre, en la que se estipula que los alimentos ultraprocesados no podrán exceder en 2% de ácidos grasos trans de producción industrial.