Política y Ética, binomio indisoluble pero imposible: Gerardo Ávalos Tenorio

La relación entre la Ética y la Política ha sido directa desde las primeras civilizaciones humanas, sin embargo en estos tiempos de violencia social pareciera que es imposible conciliar ambos quehaceres que competen al gobierno mexicano, afirmó el doctor en Ciencia Política, Gerardo Ávalos Tenorio.

Durante la presentación de su libro “Ética y Política para tiempos violentos” en el Auditorio  Nicolaita del Centro Cultural Universitario, el autor definió la obra como un esfuerzo para superar los tiempos violentos en el país y propiciar el diálogo democrático, primero desde las aulas -de allí su estilo didáctico- y luego entre todos los actores sociales, para encauzar a la clase política a buscar soluciones éticas que conlleven a un ambiente de paz.

Acompañado en el presídium por los comentaristas Héctor Pérez Pintor, secretario Auxiliar de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; Fabiola Alanís Sámano, titular de la Secretaría de igualdad sustantiva y desarrollo de las mujeres michoacanas; y la doctora e investigadora nicolaita, Luz María del Rosario Herrera Guido; el autor de la obra externó que los políticos mexicanos tiene una doble ética: la de su vida pública y la de su vida privada, lo cual es incongruente, por lo cual se necesita hablar de ética en la política mexicana y encontrar en su aplicación mejores caminos de convivencia.

Fabiola Alanís consideró el libro como un instrumento de reflexión para la construcción de políticas públicas con sentido ético y democrático, acciones gubernamentales que deben propiciar solidaridad y fraternidad como una herramienta fundamental para combatir la violencia desde el poder.

La también doctorante en Ciencias Sociales, autora del prólogo del libro, afirmó que éste reúne el pensamiento universal en torno a la Ética, logrando que el lector pueda tener ideas clave sobre la naturaleza y vínculo de la práctica ética con el Estado y cómo esa relación y la existencia de una doble moral ha generado violencia.

Se trata de un esfuerzo sistemático de por lo menos 15 años para llegar a una compilación de una serie de ensayos tan completa, afirmó Alanís Sámano, la cual deja entrever la falta de respuestas del gobierno mexicano ante los hechos que violentan los derechos humanos y su falta de posibilidades para defenderlos.

El doctor e investigador en Derecho, Héctor Pérez Pintor, dijo que la obra surge del resultado del diálogo del autor con alumnos de la Universidad Autónoma Metropolitana, de los asistentes a un seminario sobre Ética y un foro desarrollado en la Secretaría de igualdad sustantiva y desarrollo de las mujeres michoacanas.

Hizo un recuento de los apartados que componen la obra, subrayando la vigencia del pensamiento marxista y cómo el capitalismo sigue siendo un modo de vida en donde persisten la opresión, la desigualdad, lo cual indirectamente reivindica el manifiesto del Partido Comunista, como un documento de “rebeldía”.

Al entresacar varios párrafos de la obra, Pérez Pintor destaca la idea de una ética de la liberación, una normativa que se construye sobre juicios de hecho, en donde no todo está perdido y la liberación desde la opresión y el status quo es posible, por lo que hoy debe centrarse la sociedad en crear las condiciones necesarias para que la ética en la política sea una praxis que abata la corrupción y la impunidad.

Un conjunto de ensayos que llevan como eje rector la relación entre la Ética y la Política, fue la descripción que la doctora en Filosofía, Luz María del Rosario Herrera Guido, hizo de esta obra editada por la Universidad Autónoma Metropolitana, la Secretaría de igualdad sustantiva y desarrollo de las mujeres michoacanas y la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión con un tiraje de 3 mil ejemplares y una versión electrónica en PDF.

Ávalos Tenorio plantea la necesidad de pensar filosóficamente temas básicos de la convivencia humana en una época atravesada por la violencia, en donde la Ética puede llevar a un razonamiento claro sobre lo que es bueno, lo que es malo y lo que es justo, concluyó la investigadora.