¿Has pensado en hacer turismo para encontrar tesoros?

Las playas poco descubiertas por el turismo tradicional -como algunos puntos del litoral michoacano- pueden ser una excelente opción para la búsqueda de objetos metálicos

El turismo de tesoros puede ser una actividad familiar.

México es un país privilegiado por su posición geográfica y por la extensión de sus costas. México está rodeado por el Océano Pacífico, Golfo de California, Golfo de México y el Mar Caribe. En el caso de Michoacán, su litoral es parte del Océno Pacífico.

Lo anterior abre un sinfín de posibilidades para el turismo. Para los amantes del agua existen opciones acuáticas, además del buceo, el snorkel, o el surfing, que los pueden llevar a encontrar algún tesoro en la superficie oceánica del país, que es del 65% de todo el territorio nacional, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

De las 32 entidades del país, 17 cuentan con colindancia a los mares, sumando en total 11 mil 122 kilómetros de longitud de costa y 231 mil 813 km cuadrados de mar territorial.

Todo ese territorio costero no solo es hábitat de una amplia diversidad biológica y ecosistémica en cuanto a flora y fauna marina, así como litorales; también esconden sorpresas que pueden ser descubiertas mediante la práctica del detectoturismo.

Los tesoros del mar

La Comisión Nacional del Agua destaca que los mares y las playas mexicanas esconden tesoros de miles de millones de dólares que han sido tratados de encontrar durante generaciones por expediciones.

Entre los más valiosos, la dependencia destaca al tesoro de ‘Nuestra Señora del Juncal’, un botín de oro y plata que es considerado “el mayor cargamento salido del Nuevo Mundo”, según el entonces virrey de la Nueva España, el Marqués de Cerralbo. Su valor, destaca la secretaría, se cotiza hasta en 4 mil millones de dólares.

El descubrimiento de un tesoro puede cambiar la vida de una persona o una familia.

Añade que la nave marítima que lo contenía se hundió junto con el capitán Andrés de Aristizábal y 300 navegantes, frente a la costa de Campeche debido al mal tiempo. En 2009, indica, hubo una empresa de exploración submarina que buscó un acuerdo con el gobierno mexicano para rescatar el tesoro, pero el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) negó los permisos.

“Sin duda los mares mexicanos esconden grandes tesoros y objetos que son sumamente valiosos. Pero esos grandes tesoros no son los únicos que se pueden encontrar mediante el detectoturismo. Los practicantes de este hobbie, que también implica un esfuerzo físico importante, pueden encontrar un sinfín de objetos valiosos que van desde anillos perdidos, aretes, pulseras metálicas, y monedas que fueron enterradas por los propios mares y que son difíciles de encontrar si no se explora con atención”, señala Otto Fernández, manager de México, Centroamérica y Caribe de la empresa Minelab.

Qué es el detectoturismo

Al tratarse de una práctica que consiste en la búsqueda de piezas de metal mediante un detector en diversos ecosistemas, que van desde las playas y ríos hasta desiertos y montañas, el detectoturismo se posiciona como una actividad ideal para ir en busca de esos objetos valiosos.

Pero, ¿qué instrumentos se requieren para llevar a cabo esa búsqueda? La mejor opción son los detectores de metal, aquellos que puedan localizar materiales ferrosos aún en situaciones extremas, que sean resistentes al agua y que puedan buscar objetos a ciertas profundidades (existen algunos que pueden llegar hasta 60 metros aproximadamente debajo del agua.

Existen equipos detectores de metal que ayudan a encontrar los tesoros en el mar.

Esos detectores de metales están elaborados para realizar la práctica del detectoturismo, incluso con equipo de buceo, y se caracterizan por tener un alto espectro de banda con hasta 17 frecuencias para mayor sensibilidad en las bobinas, haciendo que hasta los objetos metálicos más pequeños hagan sonar al detector.

“Es importante hablar de la importancia del detectoturismo como actividad con una huella ambiental importante. Esto debido a que además de objetos preciados, en los mares también se encuentran enormes cantidades de basura metálica y agentes contaminantes que generan un impacto en el medio ambiente y que no se pueden detectar a simple vista”, mencionó Otto Fernández.

De hecho, la Agencia Europea del Medio Ambiente indica que cada año aproximadamente 10 millones de toneladas de basura terminan en los mares y océanos del mundo. Por ese motivo, es importante realizar prácticas como el detectoturismo que, además de tener la posibilidad de cambiar la economía del explorador, fomenta la limpieza responsable de los ecosistemas.

Dicho lo anterior, el detectoturismo es una actividad que se debe fomentar ya que puede ser el primer paso hacia encontrar un “tesoro” que le cambie la vida por completo a las personas, además de que les permite aportar de forma positiva al cuidado de los ecosistemas y el medio ambiente.