En México la búsqueda de tesoros está de moda como una actividad turística.
México es un país cuyo suelo esconde una enorme cantidad de sorpresas. Se trata de un territorio con una cultura y una historia tan grandes, desde la época prehispánica hasta la era moderna, que en cualquier ecosistema se encuentran ocultas monedas, reliquias y piezas metálicas que hoy en día son consideradas como tesoros.
Pero el detectoturismo es una actividad que va más allá de la búsqueda de esos objetos de valor: también conlleva un aporte en materia de limpieza de los ecosistemas que es fundamental.
Se trata de una actividad que implica la limpieza responsable de los ecosistemas mediante el uso de detectores de metal, ya que no todo lo que se encuentra escondido en el subsuelo ‘es oro’; también hay enormes cantidades de basura metálica y agentes contaminantes que generan un impacto en el medio ambiente y que no se pueden detectar a simple vista por los transeúntes.
Por poner solo un ejemplo, en un pasado rally con causa que se llevó a cabo en playa Delfines, de Cancún, Quintana Roo; los más de 150 asistentes lograron recolectar alrededor de 25 kilogramos de basura metálica que se encontraba enterrada en la arena.
“El resultado del detectoruismo no solo es el de encontrar un objeto de valor que puedes coleccionar o vender posteriormente. Se trata de ayudar a la limpieza de los ecosistemas detectando diferentes artefactos metálicos que a simple vista no se pueden ver y que es difícil detectar cuando uno camina de manera convencional. El detectoturismo es hacer un correcto uso de la tecnología para beneficiar al ecosistema y realizar una limpieza que como sociedad nos corresponde”, señala Otto Fernández, gerente comercial de Minelab en México.
Además de la posibilidad de encontrar anillos, aretes, collares, e incluso teléfonos celulares, Minelab señala que en el suelo también se encuentran otros como tapas y corcholatas; empaques y envolturas de comida; latas, entre otros contaminantes para el subsuelo.
Al respecto, un reciente estudio de Greenpeace indica que las playas del país reciben cada año toneladas de basura metálica y plástica que proviene principalmente del turismo, pero también que llegan desde el mar provenientes de 12 países de distintos continentes.
En el rally con causa que se llevó a cabo en Cancún, además de los 25 kilogramos de basura que fueron hallados con la tecnología de Minelab, se recolectó más de un kilogramo de metales oxidados como clavos, objetos punzocortantes, y jeringas.
“Muchos de esos objetos no se detectan a simple vista porque están hasta tres o cuatro centímetros por debajo de la arena. Pero sí pueden arruinar una tarde familiar en caso de que alguien se lesione al pisarlos. Es decir, la labor del detectoturismo como método de limpieza de las playas, y otros ecosistemas, se vuelve muy importante para eliminar esos metales que a simple vista no se ven, pero que están contaminando”, añade.
De acuerdo con datos de Minelab, en las playas de otros países como Brasil se han encontrado objetos sumamente extraños como carritos de supermercado, llantas con rin completas, y otros como anillos de compromiso.
Las playas y los diversos ecosistemas de México esconden muchos artefactos metálicos de valor, pero también mucha basura metálica que impacta de forma negativa al ecosistema y a la fauna que las habita. Utilizar al detectoturismo con una actividad que aporta positivamente al medio ambiente y a la limpieza del espacio se vuelve fundamental y muy importante.