La Encuesta Nacional sobre el Aumento de Impuesto al Tabaco indica que siete de cada 10 personas consideran necesario endurecer las medidas de control de tabaco a través de impuestos.
El incremento de 50% en los precios de los cigarros en la próxima década, evitaría 49 mil 400 muertes prematuras y 259 mil casos nuevos de enfermedad, de acuerdo con la organización Salud Justa.
“Con la premisa de que es urgente proteger a toda la población de los daños que causa a la salud el humo y consumo de tabaco, 77% de los mexicanos está a favor de aumentar el impuesto a los cigarros para que esos recursos se destinen a sectores prioritarios como la salud, el medio ambiente y la educación, y apoya endurecer las medidas de control del tabaco para reducir el riesgo de padecer enfermedades graves derivadas del COVID-19”, indica la ONG.
El estudio también indica que 46% de los fumadores aceptó mantener el consumo de cigarros, aun cuando el precio de ese producto aumenta.
La investigadora Belén Sáenz de Miera refirió que México se había comprometido a reducir la prevalencia de fumadores a menos de 13% en 2025, pero sigue estancado en niveles de 2009 (alrededor de 17%).
“Es claro que esa meta no podrá cumplirse. Si queremos retomar la tendencia decreciente que hubo a inicios de la década de 2000, es indispensable un incremento sustancial del impuesto al tabaco”, estableció la investigadora.
El aumento del precio de los cigarros en 50% durante la próxima década también generaría beneficios económicos por hasta 310 mil millones de pesos, que podrían destinarse a la atención de sectores prioritarios en el país.
En ese sentido, Eduardo del Castillo expresó que sin duda resulta benéfico para la población, especialmente para la de menores recursos, que los impuestos generales no se incrementen, porque ello les protege contra un mayor descenso de su nivel de vida, como lo ha señalado el presidente Andrés Manuel López Obrador, y quien trazó esa política desde su campaña presidencial.
Dijo que toda regla tiene una excepción, y ese es el caso de los imprescindibles impuestos a los productos del tabaco, toda vez que aumentar ese impuesto contribuye a que niñas y niños, así como los adolescentes, se alejen del tabaquismo.
“Es un impuesto excepcional en favor de la salud, y así lo debe considerar el primer mandatario”, expuso.
Adriana Rocha Camarena, directora de Sociedad Civil y Asuntos legislativos en Polithink, expuso que dentro de las políticas para el control del tabaco, el tema de los impuestos es al que más le teme la industria tabacalera, pues es la política más efectiva para reducir el consumo de sus productos, y le pega directamente a sus ganancias.
“Por esta razón, pone un especial esfuerzo en desacreditarlos. Las tabacaleras hablan del contrabando y de la ilegalidad, como si fuera algo ajeno a ellos, cuando son cómplices. Utilizan datos que no son comprobables ni verificables. Si el contrabando de cigarros fuera del tamaño que asegura la industria, no sería negocio para ellos vender tabaco en México”, puntualizó Rocha Camarena.