Por Juan Pablo Celis Silva
Recientemente la iniciativa de reforma electoral que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador a la Cámara de Diputados ha generado mucha suspicacia y la oposición pretende justificar y avalar los desaseos que en los últimos procesos electorales se han manifestado y obstaculizado el ejercicio democrático.
Y es que la propuesta enviada a los diputados lo que pretende es democratizar el sistema de partidos en el país y el ejercicio del poder, para que sea el pueblo quien decida quién nos representa.
La iniciativa no pretende desaparecer al Instituto Nacional Electoral, lo que sí busca es devolver los principios democráticos a México, porque lamentablemente se ha convertido en un órgano faccioso que sólo obedece a los intereses de un grupo privilegiado, por eso se busca terminar con los lujos y privilegios que van en desproporción con las necesidades del pueblo, son una burla para el pueblo, de ahí que se haya abierto la posibilidad para que el pueblo y no los partidos elijan a los consejeros electorales, que estén comprometidos con el país y no con los intereses de una cúpula.
Para darnos una idea, mientras la mayoría de la población vive con uno o dos salarios mínimos al día, es decir, 200 pesos aproximadamente, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova y los consejeros electorales tienen una percepción mensual de 262 mil 634 pesos al mes, sin contar el descuento por impuestos. La diferencia es abismal, el árbitro electoral tiene una fortuna que ha venido acumulando por casi nueve años que lleva al frente del INE, sin representar los intereses de la ciudadanía, sino los cupulares.
Por si fuera poco, los consejeros electorales obedecen a los intereses de quienes los designaron para ocupar dichos espacios, es decir, los partidos políticos que hoy se oponen a la democratización de los órganos electorales, precisamente porque son los dueños de éstos y éstos a su vez los defienden con la ley, a modo, con falsas justificaciones democráticas.
Y es que el Instituto se ha tergiversado tanto que ha generado y solapado corrupción del sistema electoral, además que han creado fideicomisos con subejercicios violentando la ley porque eso no está permitido, para hacer sus cochinitos y garantizar una vida de lujos y excesos que insultan a la población.
Con la reforma electoral lo que se pretende es tener una democracia real, no órganos electorales que han convertido el sistema democrático de México en uno de los más caros del mundo.
El rechazo a la reforma eléctrica es un rechazo a todos los mexicanos