Por: Ar Mendoza
“O nos unimos o nos hundimos”, así lo destacaron los dirigentes nacionales del PRI, PAN y PRD de cara a la sucesión presidencial del 2024, en torno a un proyecto poco creativo al que denominaron “Tercera Vía”, y escribo poco creativo porque Movimiento Ciudadano ha venido posicionando el mismo nombre como contraparte a las aspiraciones de los partidos políticos de “izquierda” y de “derecha”.
Se pensaría que el desgaste natural de Andrés Manuel López Obrador, después de tres años al frente de la Presidencia de la República, catapultaría a la oposición hacía un mejor porvenir, sin embargo, continúan bajo la misma estrategia errática de conjuntarse en alianza bajo las siglas “PRIANRD”.
Sin embargo, la prueba de fuego de los partidos políticos que integran la alianza opositora serán las elecciones de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, en donde al día de hoy y según la casa encuestadora Mitofsky, no salen bien posicionados.
En esta ocasión no aplica la frase “juntos somos más fuertes”, puesto que cada uno de los institutos políticos antes mencionados, tienen sus propios problemas internos. El PRI parece ser un monstruo que no puede ser domado por un grupúsculo dirigido por Alejandro Moreno Cárdenas alías “Alito”, donde la división interna ha sido marcada por sus ambiciones y entreguismo hacía Andrés Manuel López Obrador.
El PAN, que podría ser una contraparte importante a la administración morenista, parece ser timorata en cuanto al posicionamiento de un discurso enfocado en la derecha y sus beneficios, no obstante, parece estar en la ruta del centro para agradar e intentar quedar bien con el electorado. Además de aliarse con un partido político que hoy se asume como “socialdemócrata” (PRD) y un instituto que instauró la “dictadura perfecta” en México (PRI), algo que pareciera ser contraparte uno del otro.
Lo anterior, más que una alianza opositora parece ser una coalición entre “los tres chiflados” que únicamente buscan destronar a Morena del poder para continuar con su ruta que ya ha demostrado ser ineficiente.
El PRD, es el único al que podría beneficiarle la alianza, puesto que sin el PAN y el PRI éste podría perder su registro en diferentes Estados, sin embargo, es un instituto político que no tiene presencia nacional y que perdió su último bastión en las pasadas elecciones de Michoacán.
No obstante, la secesión presidencial está a la vuelta de la esquina y lo que podría ser un factor determinante para que la izquierda perdiera el “trono” serían las divisiones internas, tomando en cuenta que al menos en Michoacán, Marcelo, Claudia y Ricardo ya comenzaron a operar abiertamente.
En lo mediático Claudia pareciera ser la “consentida” de Andrés, por lo que Movimiento Ciudadano ya le hizo un guiño a Marcelo para ser el candidato a la Presidencia de la República.
Por su parte, Ricardo Monreal ha hecho hincapié en que estará sí o sí en la boleta electoral del 2024, por lo que la estrategia de la alianza opositora podría ser la división del voto de Morena en tres o incluso hasta en cuatro dependiendo de la conformación de los nuevos partidos políticos.
Así pues, Andrés Manuel López Obrador tendrá que hacer la “operación cicatriz” dentro de los “presidenciables” y sus grupos para que el voto no se divida y no otorgue el triunfo a la alianza de los “Tres Chiflados”, tal y como sucedió en diversos municipios de la geografía michoacana.
El intento de los nuevos partidos políticos estatales