Por: Ar Mendoza
Cuando escribimos acerca de la revolución, se nos vienen a la mente diversos discursos emitidos por diferentes líderes sociales, o por cambios radicales dentro de un régimen político o económico. Sin embargo, en un mundo globalizado, consumista y lleno de empresas transnacionales que devoran los recursos humanos y naturales de los países más pobres, emanciparse de dichas corporaciones es un verdadero acto de rebeldía.
La época de los cambios por medio de las armas parece que han quedado en el pasado, aunque algunos teóricos radicales afirmen que sin armas no hay revolución. Sin embargo, muchos son los emprendedores en Michoacán que han comenzado a materializar sus ideas con base en la fabricación y comercialización de sus productos lejos de los corporativos que imponen horarios inflexibles, estrés, poca paga y explotación a manos llenas.
El 31 de diciembre, en vísperas de la celebración de año nuevo, me dirigí a comprar la cena a “Superama”, aunque para mi sorpresa había mudado de nombre a “Wal Mart Express”, al momento de pagar, me ordenaron dirigirme a una caja en donde ya no existían los famosos “cerillitos”, ni los cajeros que cobraban los productos. Lo anterior había sido reemplazado por una maquina en donde ingresas tu tarjeta y pagas por tus mercancías.
Por cierto, ese establecimiento ubicado al sur de Morelia es el Wal Mart más caro del país, según datos de la Procuraduría Federal del Consumidor, vendiendo los 21 productos de la canasta básica en un total de 991 pesos con 25 centavos.
Al momento no le tomé importancia, sin embargo, algunas semanas después visité el Cinépolis de Plaza Escala de la capital michoacana, para comprobar por mí mismo las malas críticas que “Matrix Resurrections” había recibido … todas resultaron verdaderas. No obstante, los trabajadores de la taquilla ahora se contaban con los dedos de la mano, puesto que la mayoría de las compras se realizan a través de la aplicación móvil.
Una vez más, la realidad superaba a la ficción. El reemplazo de las máquinas por los seres humanos había comenzado. De hecho, comenzó desde hace mucho tiempo en las plantas armadoras de automóviles. “Máquinas creando máquinas”. Sin embargo, hoy está a la vista de todos y en lugares que visitamos con más frecuencia a realizar compras de artículos de uso común.
Antes se decía que las empresas transnacionales absorbían los recursos naturales, pero eran generadoras de “empleo”, un trabajo que más bien podría traducirse en la esclavitud del siglo XXI, puesto que los horarios son abrumadores y la paga es poca.
Lo anterior preocupa en un Estado donde el desarrollo económico y la generación de empleos avanzan a pasos de tortuga. En Michoacán se intenta luchar contra los abusos de las empresas transnacionales a través de la emancipación del capital humano con base en la autosuficiencia de negocios como: bazares, tiendas en línea o en el intercambio de bienes de consumo, sin embargo, en Michoacán apenas comienza la concientización de las luchas obreras.
Propósitos de año nuevo lejos de tendencias y chatarra mediática