El caso sigue siendo un misterio; a más de medio siglo de haber muerto, ¿cómo un perro de caza se preservó tan bien dentro de un tronco de árbol?
Morelia, Michoacán, a 01 de septiembre de 2020.- En el museo Southern Forest World se encuentra este pequeño misterio para la ciencia. Se trata del perro Stuckie (del inglés stuck, ‘atorado’), como ha sido bautizado. Es tanto una mirada al horror de la muerte como una maravilla de la naturaleza que no deja de asombrar a quien la mira con ojos curiosos. Y es que, a la fecha, no se sabe qué reacciones químicas debieron suceder. Para que un perro de caza terminara quedando momificado, después de más de medio siglo de haber muerto.
De acuerdo a las fuentes, un grupo de leñadores hicieron el descubrimiento. Esto en 1980, en Georgia, EUA. Y debió parecer una escena sacada de las mejores películas de horror. Cuando el grupo miró por primera vez a un perro momificado dentro del tronco de un roble. El can, atrapado para siempre en la misma desesperada moción de querer salir de su encierro.
Normalmente, cuando los animales (o las personas) mueren, los microbios en el cuerpo andan libres y sin control. Así que comienzan a devorar todo a su paso. Y los microorganismos en las entrañas comienzan el estado de putrefacción.
“Crecen y se reproducen y comienzan a apoderarse del cuerpo, esa es la parte fea”, dijo la bióloga-antropóloga Kristina Killgrove, de la Universidad del Este de Florida. Pero ese no fue el caso aquí, ya que al parecer las concentraciones de Tanino presentes en el roble de castaños, ayudaron a evitar la humedad. Y así, probablemente, se pudo preservar el cuerpo.
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