Rigoberto Guzmán
9 de mayo del 2020.- Mientras en otros países las diferentes corrientes políticas y actores cierran filas para poder salir abantes de la pandemia, en México, como ya es costumbre, se politiza. Y se usa para presionar al gobierno. Se piden recursos extraordinarios para usarlos a discreción, e inclusive se violenta los derechos humanos, con el simple afán de golpetear al gobierno de la 4T.
Partidos Políticos, Actores de la sociedad, algunos empresarios y medios de comunicación con intereses. Pero sobre todo Estados gobernados por la oposición al Gobierno Federal. Como lo son Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila, Durango, Jalisco y, por supuesto, Michoacán. Encabezado por el Gobernador Silvano Aureoles Conejo, se han encargado de denostar las acciones que se han llevado a cabo por parte del Gobierno de México, contra esta crisis de salud.
Tomando medidas como la de un confinamiento obligatorio, con penas privativas de la libertad. Mismas que violentan no solo el Artículo 29º Constitucional, en el que varios legalistas basaron su argumento. Sino otros, como la libertad de tránsito e inclusive violentando tratados internacionales. Como la Convención Interamericana de los Derechos Humanos, de la cual México forma parte. Donde claramente establece condiciones a los Estados para poder imponer penas privativas de la libertad. Además de que a nadie se le podría privar de su libertad física. Salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano por las Constituciones Políticas. O por las leyes dictadas conforme a ellas. Y de las cuales, en nuestro país, confiere dicha facultad de establecer un confinamiento obligatorio únicamente al Presidente de la República. Y no es para nada una facultad del Poder Ejecutivo en los Estados.
En México la realidad es distinta
Pero no es solo la ilegalidad de las medidas. Lamentablemente, en México la realidad es distinta a la de muchos otros países. Ya que 6 de cada 10 trabajadores se encuentran en el empleo informal, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Algo así como 31.3 millones de personas que no pueden quedarse en casa con una medida como ésta. Ya que esto, aunado a la ya inevitable crisis mundial, dejaría a millones de personas sin un sustento. Además de provocar una gran baja a la demanda, poniendo un freno mayor a la economía. Que terminaría afectando de forma mucho más grave al país.
Cuando en México, ante el escenario que se vive, lo que más se necesita es respaldar el Pacto Federal. Para una coordinada operación contra el COVID-19, contar con un país solidario y fuerte, estos personajes optan por dejarlo atrás. Desfavoreciendo, endeudando a sus Estados y creando un círculo de malas prácticas. Y de mala información para la ciudadanía.
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