Cada 8 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Dislexia, con el objetivo de visibilizar este trastorno que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta al 10% de la población mundial.
La fecha ha sido reconocida oficialmente por la Asociación Europea de Dislexia, propuesta por varias asociaciones de familias con dislexia.
De acuerdo a cifras estimadas, los niños disléxicos (con edades comprendidas entre los 7 y 9 años) representan entre el 3 y el 6% de la población infantil, presentando esta condición más en los niños que en las niñas.
Es un trastorno de aprendizaje de origen neurobiológico y hereditario que dificulta el desempeño en la lectura y escritura, incidiendo en el rendimiento académico de los niños y adolescentes, así como en el desempeño laboral en adultos.
Los principales rasgos característicos de la dislexia son los siguientes:
- Dificultades en la lectura y escritura, de manera fluida y precisa.
- Dificultades de comprensión.
- Léxico limitado.
- Deficiencias en la memoria de corto plazo.
- Dificultades de seguimiento visual.
- Dificultades en las nociones espacio-temporales: confusión entre la derecha y la izquierda, reconocer los días de la semana, meses, horas.
- Cambio en el orden de las letras.
- Dificultades en la coordinación psicomotriz (dispraxia).
- Dificultades con las matemáticas (discalculia).
- Ortografía deficiente.
Existen tres tipos de dislexia:
- Dislexia fonológica: referida a la lectura de palabras que la persona no conoce y cambia.
- Dislexia superficial: ocurre comúnmente en niños, relacionado con el cambio de palabras que no conocen y tienen dificultad para leer.
- Dislexia mixta o profunda: está relacionada con dificultades mayores en la percepción y lectura de las palabras. Es un tipo de dislexia avanzada mediante la cual el individuo no puede leer ni escribir con facilidad, cambiando palabras sencillas por otras diferentes.
Este trastorno del neurodesarrollo genera las siguientes consecuencias, dificultades y limitaciones:
- Deserción escolar.
- Episodios depresivos.
- Estrés y ansiedad.
- Bullying.
- Baja autoestima.
- Trastornos alimenticios.