En México, durante 2021, se registraron 1 117 167 defunciones. De las personas que perdieron la vida, 644 058 fueron hombres (58 %) y 472 375 (42 %), mujeres. Por tumores malignos fallecieron 90 525 personas (8.1 %); de estas, 7 973 murieron por cáncer de mama. De la cifra anterior, 7 925 (99.4 %) fueron mujeres y 48 (0.6 %), hombres. De las defunciones en mujeres por tumores malignos, 17 % se debió a este cáncer.
La tasa nacional de mortalidad por cáncer de mama fue de 18 defunciones por cada 100 mil mujeres de 20 años y más. Los estados con las tasas más altas fueron: Colima (26.94), Tamaulipas (24.49), Sonora (23.59), Chihuahua (23.07) y Ciudad de México (22.73) Tlaxcala (10.36), Chiapas (11.65), Guerrero (11.69), Quintana Roo (12.19) y Oaxaca (12.66) reportaron las tasas más bajas.
*Población de riesgo promedio: este grupo abarca al 90% de la población, “que no van a tener una mutación en genes que predisponen a cáncer de mama”, aunque el riesgo de padecerlo es de 12%, cuyo factor de riesgo más importante es la edad, “a mayor edad, mayor riesgo”.
*Población de riesgo aumentado: este sector padece el síndrome de cáncer de mama hereditario y los pacientes en quienes se sospecha lo padecen son aquellos que tienen o tuvieron familiares diagnosticados con cáncer de mama antes de los 45 y hasta los 50, o de otros tipos como ovario, páncreas o próstata. Aquí, la población tiene un riesgo de desarrollar este padecimiento entre 20% y hasta 70%.
¿Por qué se conmemora ésta lucha el 19 de octubre?
Esta fecha pretende sensibilizar a la población con un mensaje clave: la importancia de la detección precoz, a fin de mejorar el pronóstico y la supervivencia de los casos de cáncer de mama, lo cual sigue siendo la piedra angular de la lucha contra esta enfermedad.
Así lo estableció la Organización Mundial de la Salud (OMS) con la intención ayudar a visibilizar y sensibilizar a la población acerca de los problemas que puede provocar esta enfermedad.
Este día no es el único símbolo que se asocia a este tumor. El característico lazo rosa que se emplea para identificar esta enfermedad se utilizó por primera vez en 1991, cuando la Fundación Susan G. Komen se los dio a los participantes de una carrera en Nueva York.